Sep 08 , 2020
Roger Ways & La Parisienne
Este tipo de historias, y las personas tras éstas, me parecen maravillosas. Y son las que me gusta compartir para que todos nos acerquemos a una mejor y mas saludable manera de comer. Si bien algunos, y con muy buenos argumentos, deberíamos consumir menos carne de la que actualmente comemos, también es cierto que si vamos a comerla, deberíamos hacerlo de la mejor calidad posible.
Roger Ways, nacido en Francia, y que llegó a Colombia hace más de 40 años, aprendió su oficio -la carnicería- de su padre, y éste a su vez, del suyo. Antes de poder abrir finalmente su carnicería, tuvo que dar varias vueltas y no fué sino hasta el año de 1971 que finalmente pudo abrir las puertas de La Parisienne en la ciudad de Barranquilla.
Toda una tradición francesa hacía su incursión en el caribe colombiano. Y no era cualquier carnicería; era tipo francesa. Esto en los años 70´s era todo un reto, pues implicaba introducir en una sociedad que aunque por ser ciudad puerto siempre ha gozado de una tradición culinaria cosmopolita, no estaba acostumbrada a estos nuevos tipos de carne. Era un conocimiento técnico novedoso además de una tradición y cultura lejana. Pero fué la fuerza que trae al inmigrante con los retos que éste afronta, los que permitieron que ésta familia de tradición carnicera, siga en evolución, y que después de todos estos años no solamente nos ofrezca carne de res y de cerdo de altísima calidad (carne costeña madurada en canal), sino también toda una línea de charcutería y carnes curadas con tiempos diferentes de maduración. Vale la pena probar el prosciutto, salami tipo milano, la butifarra, la salchicha Frankfurt y chorizo español. Este es otro gran reto en esta región por el clima tropical y por la calidad del cerdo que se cría allá. Ésto los ha llevado a trabajar de la mano con los proveedores expertos para poder criar los mejores animales, cuidando la dieta con alimentación mixta y sin hormonas de crecimiento, pues creen que no vale la pena engordar al animal a las malas. ¡Todo es delicioso!
Y así es. Roger sigue yendo todos los días a la carnicería, en la misma casa donde abrió sus puertas hace ya más de 40 años. Sus hijos, siguiendo los pasos de la tradición familiar, han tomado ya hace unos años sus puestos dentro de la carnicería, aunque vale la pena decirlo, todo sigue estando bajo el mando de este carnicero francés de 82 años.